La regulación del mercado de iGaming avanza rápidamente en América Latina, imponiendo un nuevo estándar de exigencias técnicas, jurídicas y éticas para quienes desean operar legalmente. En Brasil, Colombia, Perú y Argentina, ingresar al mercado regulado exige una estructura robusta de cumplimiento normativo, seguridad de la información y estabilidad sistémica. Estos elementos han dejado de ser ventajas competitivas: ahora son requisitos innegociables.
Brasil atraviesa un momento de transformación histórica, con la entrada en vigor de una de las regulaciones más complejas del sector. Más allá del proceso de licenciamiento, que exige inversiones iniciales de decenas de millones de reales, la Secretaría de Premios y Apuestas (SPA) ha establecido lineamientos técnicos rigurosos, incluyendo sistemas antifraude, planes de continuidad de negocios, pruebas de ciberseguridad y el cumplimiento total de la Ley General de Protección de Datos (LGPD). El objetivo no es solo proteger la integridad operativa, sino también resguardar el ecosistema frente a riesgos sistémicos y proteger al consumidor contra prácticas abusivas.
Casos recientes en Brasil evidencian la severidad del marco regulatorio: siete sitios de apuestas fueron suspendidos por no presentar a tiempo los informes de evaluación de seguridad exigidos por la Portaría SPA/MF N.º 722/2024. Este hecho confirma que la fiscalización es activa y que las sanciones se aplican efectivamente. Más allá de las sanciones administrativas, los operadores que no cumplan con las normas pueden enfrentar acciones judiciales y daños reputacionales irreversibles. Cabe destacar que este artículo no tiene como objetivo cuestionar la implementación de las medidas, sino resaltar el nivel de exigencia que impone la regulación.
Colombia, pionera en regular el iGaming en la región desde 2016, ha intensificado su supervisión a través de Coljuegos, combatiendo operadores ilegales y bloqueando iniciativas que puedan perjudicar la recaudación pública. La creciente presión sobre influencers digitales que promueven rifas no autorizadas es un ejemplo claro del enfoque del cumplimiento normativo para proteger fondos públicos destinados a salud y bienestar social, y garantizar la competencia justa.
Perú formalizó recientemente su estructura regulatoria, con una legislación moderna que impone severas multas a operadores no licenciados y exige políticas claras de prevención de lavado de dinero, juego responsable y protección de datos personales. Desde febrero de 2024, el país cuenta con uno de los marcos legales más modernos de la región, posicionándose como un mercado prometedor y seguro, pero también exigente para quienes deseen operar dentro de la legalidad.
Argentina presenta un escenario más fragmentado, con regulaciones provinciales y estatales diversas. Buenos Aires, por ejemplo, lidera en términos de regulación y fiscalización, pero la necesidad de adaptación local representa una dificultad adicional para los operadores que deseen actuar a nivel nacional. Las exigencias incluyen desde informes fiscales detallados hasta la implementación de sistemas antifraude y certificaciones técnicas de seguridad.
El contexto latinoamericano se caracteriza por una curva acelerada de crecimiento. Las proyecciones indican que los ingresos brutos por juegos podrían alcanzar los USD 12 mil millones en 2028, frente a los USD 2,5 mil millones en 2024. Solo en Brasil, se estima que el volumen mensual de apuestas en línea supera los R$30 mil millones, con más del 90% de ese monto devuelto en premios a los apostadores. Sin embargo, este crecimiento exponencial exige profesionalización total, con estructuras técnicas y jurídicas acordes al nivel de riesgo involucrado.
El cumplimiento normativo, la seguridad de la información y la estabilidad operativa han dejado de ser diferenciales para convertirse en el precio de entrada al juego regulado. Las tendencias son claras: los operadores que no inviertan en tecnologías de protección de datos, sistemas antifraude, reportes fiscales automatizados y políticas efectivas de juego responsable quedarán fuera del mercado, ya sea por acción de las autoridades o por la pérdida de confianza del público.
En este contexto, contar con socios que comprendan profundamente los requisitos regulatorios y ofrezcan soluciones tecnológicas alineadas es clave. Ese compromiso con la integridad y la sostenibilidad del sector guía nuestro apoyo a los operadores que buscan no solo cumplir con la regulación, sino también alcanzar la excelencia operativa y la seguridad en el mercado de iGaming. Para conocer las soluciones de Salsa Technology, visita salsatechnology.com.
André Neves es COO de Salsa Technology. Con sólida experiencia en operaciones, producto y tecnología en el sector de iGaming, André lidera las áreas estratégicas de la empresa con foco en rendimiento, escalabilidad y excelencia operativa. Es una referencia en el mercado latinoamericano por su enfoque práctico, visión analítica y liderazgo en entornos regulados.
